¿Novak Djokovic? Un gran signo de interrogación, de hecho. De regreso del parón obligado, el espectro del campeón serbio se cierne sobre la roja del Principado sin realmente causar miedo. De lo contrario. Ya sea por falta de partido en las piernas, o por falta de motivación, el serbio -que ha declarado en repetidas ocasiones que solo tiene en la mira el Slam parisino- contra Alejandro Davidovich Fokina, que suele sabotearse a sí mismo a menudo y de buena gana, sirve con resultados bastante modestos para el segundo set, sobrevive al desempate, pero muere de nuevo en el set decisivo.

Lento en los movimientos laterales y extremadamente defensivo desde la línea de fondo, el número uno del mundo se rinde tras poco menos de tres horas de juego. El 6-3 6-7 (5) 6-1 final es emblemático. Para Fokina (que cierra con un balance de victorias y errores bastante positivo) es obviamente la victoria de la vida.

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Djokovic, ¿qué está pasando? La vuelta ante Davidovich es con derrota

Listo, listo: Djokovic despeja un puñado de puntos de quiebre y deja su servicio en el camino en el turno inmediatamente siguiente. El español afianza su ventaja, vuelve a encarrilar temporalmente a Djokovic, pero en el 5-3 evita otras complicaciones y adelanta la cabeza.

El principal oponente de Djokovic obviamente resulta ser Djokovic. Sobre por qué nos preguntaremos más adelante. También falta el componente emocional, dado que tras una salida en falso incluso en el segundo, no aprovecha ninguno de los cinco puntos de quiebre que tiene en el 0-2.

Davidovich intenta por todos los medios darle una oportunidad al campeón serbio, que encuentra un mínimo de continuidad y sin siquiera recurrir a la prórroga se encuentra en el 5-4 con la broma disponible. ¿Preludio de un nuevo juego? De nada.

Djokovic, que de alguna manera logra ganar en el tie break -además con una magia en el punto de set- en el tercer y decisivo set actúa prácticamente como un espectador que no paga. Mueve el marcador solo una vez, se pierde la oportunidad de 2-2 y no puede encontrar más armas para regresar. De lo contrario. Desde ese momento es 18-7 Davidovich. Crédito de la foto: Getty Images

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Tania Bonacera