En su editorial de este viernes 8 de abril, Jean-Michel Servant, editor adjunto de Midi Libre, analiza el cambio que supuso el descubrimiento de la masacre de Boutcha en la estrategia rusa en Ucrania.

Calumnia, calumnia, siempre quedará algo. Desde el descubrimiento de las fosas comunes de Boutcha, la guerra en Ucrania ha dado un nuevo giro.

Se ha transpuesto al campo de la información, un dominio mucho menos favorable al invasor. En una especie de precipitación, las autoridades rusas niegan descaradamente los abusos. Inventan mentiras para tratar de manipular la opinión pública.

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Una propaganda difícil de sostener a largo plazo y que demuestra que el Kremlin está perdiendo la batalla ideológica. Prueba de que la duda se está instalando en Moscú. Que se detenga la ofensiva militar. Que las sanciones económicas impuestas por Occidente empiecen a dar sus frutos.

Señalado por la comunidad internacional, el oso ruso ahora está a la defensiva. De hecho, el miedo a perder ha cambiado de bando.

Marta Kleber