Kinvent, una de las empresas emergentes más prometedoras de la incubadora de empresas Cap Omega, especializada en equipos de rehabilitación de fisioterapia conectados, busca enviar su tecnología de punta a los profesionales de la atención con sede en Ucrania.

Kinvent es el ejemplo de la start-up incubada en Montpellier, camino de convertirse en uno de los emprendedores locales de mayor éxito, veinticinco empleados y 7 millones de euros de facturación. La compañía desarrolla herramientas de rehabilitación conectada en fisioterapia, con aplicaciones capaces de dar los resultados en tiempo real, de monitorizar la evolución del progreso muscular del paciente.

Tecnología de punta para transportar

Athanase Kollias, ex atleta de alto nivel y cofundadora de Kinvent, explica el compromiso deseado para los ucranianos: “Ya estamos trabajando con ejércitos de todo el mundo, rehabilitando soldados heridos durante el entrenamiento o no. Los ayudamos, como los mejores atletas”.

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Desde el apoyo de estas estructuras médicas militares hasta el conflicto en Ucrania, solo hay un paso: «Podemos apoyar a las poblaciones en el lugar, ya sean militares o civiles». El equipo, receptores de esfuerzo conectados contenidos en un maletín con aplicaciones adjuntas, está listo para funcionar. Pero es una tecnología de última generación dirigida a los profesionales de la rehabilitación: “No podemos enviar un camión, sin garantía de recepción, sin saber dónde va a aterrizar. Estamos buscando la ruta adecuada para la entrega a las unidades especializadas allí”.

Donaciones en efectivo

Las donaciones, varios maletines -6.000€ cada uno- podrían destinarse a un centenar de convalecientes «podemos enviar dos o tres inmediatamente». Además de Ucrania, el líder también imagina que su equipo podría ser utilizado en países fronterizos, susceptibles de recibir heridos de guerra.
Kinvent persigue sus mercados internacionales sin perder de vista el Este. Athanase Kollias, el ingeniero biomecánico, es de origen griego, hijo de Europa. La fábrica que construye sus sensores está en Tesalónica, otros 25 empleados. En espera de una solución para enviar su tecnología a Ucrania, la empresa ya ha realizado donaciones en efectivo.

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Marta Kleber