«Muñeca rusa» es sin duda una de las series de Netflix más interesantes jamás estrenadas, aunque por momentos puede parecer un poco molesta, dada la naturaleza repetitiva de los episodios.

Por supuesto, la afirmación hecha anteriormente puede parecer estrictamente subjetiva, ya que, debo admitir, siempre me cabrearon esas películas y series que repiten un sinfín de eventos, en el sistema «Mole Day». Paradójicamente, me fascina tanto.

Entonces, vi la primera temporada y esperé a que apareciera la segunda, también en Netflix, lo que sucedió, aunque un poco tarde. En otras palabras, tan tarde que no puedo recordar todos los detalles del primero.

La segunda temporada de «Muñeca Rusa» me causó sentimientos encontrados

En un día de atracón logré terminar los siete capítulos de la serie «Muñeca Rusa», que como dije antes me causó sentimientos encontrados, porque ahora no puedo decir exactamente si me gustó, ba.

Leer:  "Fall Guys" llega a Switch, Xbox y Epic Games Store: cuándo puedes jugarlo

El guión de alguna manera logra tomar el arado, alejándose del tema de la primera temporada y mostrando inconsistencia. Sin embargo, la puesta en escena es tan buena que la temporada número dos logró mantenerme cerca de la silla hasta el final. Por supuesto, aquí también contribuyó la interpretación actoral de Natasha Lyonne, quien en un universo paralelo podría haber sido Al Pacino (la voz, el método de juego, absolutamente todo recuerda al gran actor).

También la vemos hablando en un húngaro bastante «roto», en modo cámara lenta, señal de que la actriz está luchando bastante para encajar en el papel, siendo extremadamente difícil para mí imaginar que ese es el papel, de hecho y en ley.

Por supuesto, no puedo ignorar el hecho de que Chloe Savigny, una de las mejores actrices que han existido, también protagoniza la película.

Leer:  RESEÑA Jimmy Savile: Una historia de terror británica. Cuando el camino al infierno está realmente pavimentado con buenas intenciones

Bashca, también en «Muñeca Rusa» tienes la oportunidad de escuchar una banda sonora de veintidós segundos, si por casualidad tienes en tu playlist bandas como Bauhaus o Depeche Mode.

Polo Rasmus